Darles dos ‘cuartos geológicos’ a l@s pregoner@s

El pregón de las fiestas de Balisa recuerda y elogia el Geolodía 2019.

Con motivo del inicio de las fiestas patronales en honor de la Virgen del Otero y de San Roque, el pasado 14 de agosto, tuvo lugar en Balisa (Segovia) el pregón de las fiestas que, en esta ocasión, corrió a cargo de Emilio Cabrero, vecino entusiasta y amante de dicha localidad. En él recordó que a mediados de mayo y gracias al Geolodía 2019, “aprendimos la inmensa variedad geológica que hace de Balisa y su entorno algo único hasta el punto de ser catalogado como Lugar de interés Geológico y de interés Petrológico”.

Asimismo, nos dio las gracias a la organización del Geolodía 2019, por el trabajo realizado y por mostrar la riqueza geológica de este pueblo y de su entorno. También tuvo palabras de reconocimiento para la creación del “Parque de las Rocas” que se inauguró el 11 de mayo, coincidiendo con el Geolodía 2019 y que muestra la diversidad petrológica del entorno de Balisa. 

Ya dos años antes, el 14 de agosto de 2017, la que escribe estas líneas, también vecina apasionada de Balisa, tuvo el gran honor de ser pregonera en dichas fiestas y, en aquel discurso, no faltaron palabras sobre la Geología baliseña. Esta pequeña localidad, separada unos 35 km. de Segovia, no sólo incluye un patrimonio artístico y cultural importante, sino que también posee un patrimonio natural digno de mencionar.

Balisa dispone de tal variedad de rocas y de paisajes en una extensión reducida que hacen que sea un lugar único y excepcional en cuanto a patrimonio natural y geológico. Ejemplo de ello es El Botón, símbolo del pueblo, un simple bolo granítico de forma semiesférica, con una cruz del mismo material en lo más alto y cargado de leyendas que hacen de él un monumento natural destacable en Segovia y en España.

También parajes como: Peñasrubias, un crestón de cuarzo brechificado rojizo-amarillento, que la erosión ha dejado al descubierto en medio de un monte relicto de encinas; la Peñaza, un relieve en cuesta de dolomías y areniscas que nos recuerda que en Balisa hubo mar…; Peñaverríos, lugar que hasta el año 2003 se conocía como el Gato o el Pato (una “piedra caballera”), y que fue destruida de forma natural por efecto de la alteración físico-química, observándose hoy casi por completo arenizada; la cueva de la Monja, otro paraje también de rocas sedimentarias carbonáticas donde aún quedan huellas de la extracción de rocas para construcción; la Balsa Munidal, pequeña charca sobre materiales cuaternarios, en las proximidades del arroyo Balisa, que sirve de bebedero para el ganado; o las canteras de los Barreros, explotaciones a cielo abierto de greda que han abastecido a ladrillerías de la comarca, a pequeños hornos y a la propia población de Balisa y otras de alrededor desde, al menos, 70 años.

Esperamos que la difusión de este patrimonio geológico a través de todas estas actividades, que, en general es menos conocido y valorado, contribuya, además de a su disfrute, a su puesta en valor, a su protección y a su conservación del mismo modo que se hace con el patrimonio arquitectónico y cultural.

Mª Fuencisla Vicente Rodado


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