‘De oficio’: cantero del Guadarrama

SIERRA DE GUADARRAMA. Viejos oficios para la memoria

A comienzos del verano que ya está a punto de acabar, el periodista y naturalista Julio Vías presentó su nuevo libro “Sierra de Guadarrama, viejos oficios para la memoria”. Este experto conocedor de la Sierra de Guadarrama lleva años dedicando su tiempo a la defensa tanto del patrimonio natural como los usos y costumbres de los pueblos serranos. En esta ocasión la nueva publicación hace un repaso de los oficios, muchos de ellos a punto de desaparecer, que se han llevado a cabo desde hace siglos entorno a los recursos naturales del paisaje del Guadarrama.

El autor consigue recuperar la memoria colectiva de los pocos representantes que quedan de la última generación rural que habitó en los pueblos serranos y que son depositarios de un legado de saberes que se han transmitido de padres a hijos y que están a punto de desaparecer o cuyos oficios mantienen como una arriesgada apuesta de futuro. No debemos olvidar que las veinte personas que aparecen reflejadas en este libro forman parte de una memoria histórica y cultural del Guadarrama igual de importe que la heredada por los científicos que “descubrieron” la Sierra entre los siglos XVIII y XX.

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Entre los oficios que marcaron el paisaje humano del Guadarrama destacan los canteros. De un carácter rudo, como el de la propia naturaleza de su trabajo, los canteros serranos se extendían por ambas vertientes desde Villacastín hasta Galapagar. De sus explotaciones han salido el material que se utilizó en el monasterio de El Escorial o del Palacio Real y durante años marcaron el devenir de las localidades donde se sitúan las ahora abandonadas explotaciones.

Según palabras del propio autor: “La vida del cantero era dura y sacrificada como pocas. Por lo general se comenzaba a trabajar en este oficio como aprendiz a la edad de diez u once años. Con esta temprana edad ya había que levantarse antes del alba y marchar hasta las canteras, situadas a veces a largas distancias. Después de una agotadora jornada de trabajo de diez horas bajo el sol o bajo la nieve había que regresar al pueblo y allí afilar los punteros, reparar las herramientas descompuestas y preparar las cuñas que debían ser utilizadas al día siguiente. Esta rutina se repetía a lo largo de años y años, todos los días durante doce horas, a excepción de los domingos y fiestas de guardar. Un accidente o una simple herida que incapacitara al cantero para trabajar suponía la pérdida del jornal, y como consecuencia el hambre, un fantasma siempre presente en estas tierras pobres de la sierra de Guadarrama hasta los años cincuenta del siglo pasado.”

canteros-de-san-lorenzoCanteros en las canteras de granito del Tío Pintao (San Lorenzo, Segovia). Cerca del año 1951. Foto cedida por Josefa Gómez para el libro Las raíces del paisaje.

 

De esta manera el libro “Sierra de Guadarrama viejos oficios para la memoria” se convierte en otro libro de cabecera para los amantes de la Sierra que no sólo quieran disfrutar del paisaje natural sino que además quieran aprender de las gentes que han habitado sus laderas y que han sabido mantener tradiciones centenarias. Para el que no conozca el trabajo de Julio Vías, será el primero de los muchos libros que el periodista ha escrito sobre la Sierra de Guadarrama.

SIERRA DE GUADARRAMA viejos oficios para la memoria
Autor: Julio Vías.
Fotografías: Javier Sánchez
Ediciones La Librería, 2016

Primeras páginas del libro:http://www.edicioneslalibreria.es/tienda/index.php?controller=attachment&id_attachment=614

“Los últimos canteros” NTV Madrid: https://www.youtube.com/watch?v=QaJuDdpp76w

Blog de Julio Vías: http://juliovias.blogspot.com/

 


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