La mano que plasmaba nuestra imaginación geológica

Todo el mundo dice que los geólogos y los aficionados a las ciencias de la Tierra en general tenemos mucha imaginación; y debe ser cierto, porque a veces se nos ‘va la pinza’ imaginando mares pretéritos plagados de extrañas criaturas, procesos que aplastan las rocas como si se tratase de chicle, secuencias de fotogramas entre los que transcurren millones de años, como si se tratase de una sencilla película…

Jorge Soler (2005), Las raices del paisaje 1

Puede que parte de las dificultades que tenemos para que el público en general se apasione por nuestra ciencia, parta de esa imaginación exacerbada y esa capacidad de abstracción, que conlleva que pocos sean capaces de seguirnos en nuestros planteamientos e historias, y que nos tomen por locos extraños.

Jorge Soler (2005), Las raices del paisaje 2
Pero, afortunadamente, a veces los geólogos encontramos personas que son capaces de entendernos, de leer nuestros pensamientos, y de poner nuestras ideas e imágenes mentales en ilustraciones, para que el resto de los mortales, vean sobre el papel lo que nosotros tenemos en nuestro efervescente cerebro.

Jorge Soler (2005), Las raices del paisaje 4Una de esas personas capaces de plasmar nuestros pensamientos geológicos, quizás el que mejor lo ha hecho hasta el momento para la gea segoviana, era Jorge Soler. Aunque argentino de nacimiento, maestro industrial de formación y profesor de instituto en materias tecnológicas, su contacto con las tierras segovianas desde hace décadas, su increíble avidez por aprender, la enorme inquietud cultural y, sobre todo, una sensibilidad y pasión fuera de lo común, le permitieron contactar desde hace muchos años con los geólogos segovianos y convertirse en la mano que pintaba nuestra imaginación.
Aunque son muchas las obras y proyectos en los que Jorge Soler nos asombró con su maestría usando el lápiz, las pinturas y los pinceles para ilustrar aspectos geológicos y etnogeológicos (caleras, hornos de yeso, pozos… en sus obras de arqueología industrial), sin duda alguna destaca su contribución al libro “Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia”, editado por la Junta de Castilla y León y del que este año se cumple el 10º aniversario. El más de un centenar de dibujos que Jorge aportó a la obra, además de ilustrar y enriquecer estéticamente la obra, son un elemento esencial sin el que ni el texto ni las fotografías se podrían entender e interpretar. Esta importancia del trabajo de Jorge en el libro condicionó incluso su estructura, su contenidos (que se adaptaron a la plasticidad de sus dibujos) y hasta los tempos de su redacción. Cuántas personas que han felicitado a los autores de los textos por el libro han reconocido que, realmente, nunca lo leyeron, sino que se limitaron a hojear y ojear los dibujos de Jorge y las fotos de Alberto y Justino; y con ese vistazo les había bastado para saber que se trataba de una obra singular.

 

Jorge Soler (2005), Las raices del paisaje 3Pero Jorge, con su proverbial generosidad y modestia, nunca se atribuyó mérito alguno en la obra: decía que él se había ‘limitado a pasar a limpio los dibujos que Andrés y Jose le habíamos pasado’. No es cierto; por una vez, Jorge mintió: los dibujos eran suyos, porque los bocetos entregados como ejemplos, las múltiples indicaciones, correcciones, material adicional a raudales (fotos de lugares inhóspitos del mundo, dibujos de otros libros, descripciones en inglés…), eran todos interiorizados por él, reelaborados y, plasmados magistralmente con una importante aportación personal inconfundible. Incluso se permitía, con su natural generosidad y altruismo, ofrecernos que en dos clases de dos tardes (recordando la anécdota de nuestros dirigentes políticos), nos enseñaría a darles a nuestros dibujos un poco más de perspectiva, para que no fuera necesaria su intervención. Como si la sensibilidad, el buen gusto y la maestría se pudieran aprender.
Por supuesto que la contribución de Jorge al libro, que en un principio se planificó puntual para apenas unas docenas de dibujos, fue ampliándose tarde tras tarde de cafés en su casa con Alcázar y Jeremías (su gato); y terminó por ser uno de los principales impulsos de los autores para seguir ampliando contenidos y, sobre todo, hacerles más divulgativos gracias a que Jorge era capaz de leernos la mente y saber qué queríamos y cómo queríamos expresarlo.

 

4.1.1

Una vez finalizado, publicado y presentado el libro, siguió con su modestia y generosidad, tratando de adoptar un papel secundario como autor, de pasar desapercibido. Solo nos pidió un favor, relacionado con su otra pasión, el vuelo: que hiciéramos un pase de fotografías y dibujos (sus magníficos bloques-diagrama) en el aeródromo de Fuentemilanos para sus colegas pilotos de vuelo sin motor, con objeto de que sepan interpretar lo que ven en sus vuelos en veleros. Una vez más, no pedía nunca para él, sino para emocionar y dar satisfacciones al resto.

Pero este trabajo de Jorge no se quedó ahí. Ante las continuas solicitudes de permiso para reproducir sus dibujos geológicos en otras obras posteriores, folletos, camisetas, presentaciones con diapositivas, etc., él respondió proponiendo escribir un documento oficial mediante el cual cedía desinteresadamente todos los derechos de reproducción de su parte de la obra. Gracias a ello, los geólogos segovianos nos hemos beneficiado de esta cesión, por lo que rara es la actividad geológica (Geolodía, A todo riesgo, rutas geoturísticas…) en la que no se han reproducido hasta la saciedad sus dibujos. Supo plasmar tan bien la gea segoviana, que los posteriores autores que intentan ilustrarla, tienen dificultades para mejorarlo; lo que le ha dado el monopolio de la ilustración, con la salvedad de nuestro también admirado Pepe Orcajo. Bendito monopolio, por una vez.

Jorge Soler (2005), Las raices del paisaje 6
Ayer, viernes 19 de febrero de 2016, Jorge nos dejó porque un repentino infarto se le llevó cuando estaba en su lugar fetiche, la casa rural que tienen en Huerta (Arcones). Sirva este texto y los dibujos que lo ilustran (cómo no, suyos), como un homenaje que los aficionados segovianos a las ciencias de la Tierra le queremos hacer en nuestro vehículo de comunicación (la web); porque le conociéramos o no, todos nos hemos beneficiado y seguiremos aprovechándonos de su trabajo, su generosidad y su ejemplo de actitud ante la vida.

SITE TIBI TERRA LEVIS


Publicado el

en:

, , ,

por

Etiquetas: