El busto que realizó el escultor sepulvedano Emiliano Barral de Antonio Linage, prohombre de Sepúlveda durante la Segunda República y padre del actual cronista de la villa, homónimo, tuvo el honor de compartir espacio con el Guernica de Pablo Picasso en la Exposición Universal de París de 1937, en el Pabellón de España, mientras tenía lugar la Guerra Civil española (1936-1939).
Posteriormente, durante el franquismo, estuvo almacenado y olvidado en un sótano de Barcelona, donde se deterioró notablemente (rotura de un fragmento de la nariz, rozaduras, suciedad…).
Hace unos años fue recuperado por sus descendientes y, en los últimos meses, ha sido limpiado por el cantero sepulvedano Juan Emilio Cristóbal (Taller de cantería Hermanos Cristóbal).
El domingo 20 de agosto de 2017 tuvo lugar, en la nave del taller de los Hermanos Cristóbal en Sepúlveda, un acto simbólico de presentación en sociedad del busto limpio, en el que participaron D. Antonio Linage, el cantero ocupado de la limpieza y Andrés Díez Herrero, como geólogo ocupado de la identificación de la roca.
Los intervinientes hablaron durante 20 minutos, ante medio centenar de invitados, fundamentalmente representantes de la sociedad y la cultura sepulvedana, exponiendo: las vicisitudes históricas del busto «Linage»; el proceso de labra de una escultura y cómo se ha limpiado; y las principales características y origen geológico del Rosa Sepúlveda como roca ornamental. El acto se cerró con la degustación de un vino español en un ambiente de cordialidad, amenizado por la dulzaina y el tambor de Pablo Zamarrón y los cánticos de las cuadrillas de las peñas sepulvedanas.
Ahora, de nuevo, la obra «Linage» se encuentra de nuevo disponible para ser admirada por el público y pasar a los anales de la escultura española y universal.
Fotografías: Antonio Linage y Rodrigo Díez Marcelo