geo-Delicias de Cuéllar

Desde que ganase un concurso que se convocó para seleccionar un dulce típico de Cuéllar, las pastas de galleta de harina de trigo con piñones en bocadillitos rellenos con crema de achicoria, denominadas comercialmente «Delicias de Cuéllar», se han convertido en una obligada referencia gastronómica y regalo turístico por antonomasia de la Villa.

Además, la forma de cada pasta (bocadillos rectangulares simétricos) y la disposición de su envasado (en cajas alargadas donde se apilan), parece emular la disposición de los ladrillos y la argamasa que los une en la arquitectura mudéjar, tan característica de Cuéllar y su comarca. De ahí su lema propagandístico «Un ladrillito de placer».

Pero lo que muy poca gente sabe es que la forma y disposición de las cajas de Delicias de Cuéllar también recuerdan la disposición microscópica de esas arcillas con las que se fabricaron los ladrillos mudéjares.

Efectivamente, los ladrillos de las iglesias y otros edificios de Cuéllar están hechas a partir de la cocción de minerales de la arcilla, con su característica disposición molecular en capas o láminas de tetraedros de silicio, por lo que pertenecen a la clase de los filosilicatos (del latín filum, filo, hebra o borde finísimo).

Más en detalle, las arcillas, que pueden ser de muchos tipos (illitas, esmectitas, bentonitas, caolinitas, sepiolitas, etc.), tienen una disposición de los átomos en las que se pueden reconocer no solo las capas de tetraedros de silicio u oxígeno (que serían las galletas del bocadillo de las Delicias de Cuéllar), sino capas de octaedros de magnesio, OH y oxígeno; o de otros elementos (que serían el relleno de crema de achicoria).

Es más, a veces estos ‘bocadillitos de átomos’ se apilan dejando entre ellos huecos o espacios, que pueden ser ocupados por otros elementos (cationes como potasio, sodio, calcio, hierro, magnesio, manganeso…) o moléculas, entre ellas el agua. De ahí la capacidad de absorción de algunos minerales de la arcilla, como las sepiolitas, que se utilizan para fabricar camas para gatos.

En definitiva, las Delicias de Cuéllar también se asemejan a los ladrillos mudéjares, no solo por su disposición macroscópica en la arquitectura mudéjar, sino por su estructura microscópica a escala molecular de las arcillas con las que fueron fabricados.

Agradecimiento:

A la enfermera Elia Marcos del Pozo y al biólogo Alberto Díez Herrero (Talher, Segovia Educa en Verde, Guadarrama río de arenas…), por darnos la idea de realizar esta entrada; y, sobre todo, regalarnos una caja de Delicias de Cuéllar para inspirarnos en su redacción mientras las saboreábamos.


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