¿De dónde venía el agua del Acueducto y por qué?

Ahora que ya sabemos por qué se construyó un Acueducto en Segovia, nos queda por averiguar de dónde venía el agua que transportaba y por qué se captaron en ese lugar o lugares que han señalado l@s arqueólog@s (Bermúdez y Marqués, 2012-2013; Martínez Caballero, 2012), en la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama y su piedemonte.

Situación actual del azud de captación del Acueducto de Segovia, en La Acebeda (Revenga). Foto: Andrés Díez Herrero.

Una vez descartada la captación en los dos ríos que circundan la ciudad (Eresma y Clamores) en sus proximidades, la búsqueda del lugar idóneo para captar aguas superficiales con las que abastecer Segovia se debe dirigir hacia las cuencas fluviales situadas a cota topográficamente superior a la misma, y así aprovechar la caída por gravedad para evitar el costoso bombeo o elevación artificial del agua.

Las únicas cuencas hidrográficas ubicadas a cota superior a la ciudad de Segovia en su entorno se sitúan en las estribaciones de la vertiente septentrional de la Sierra de Guadarrama en su sector central, entre las sierras de la Mujer Muerta (puerto de Pasapán) y el puerto de Malangosto; corresponden con las cabeceras de las cuencas de los ríos y arroyos (de oeste a este): Milanillos, Peces, Acebeda-Frío, Tilviejo-Fuentecilla-Tejadilla, Clamores y Eresma-Cambrones.

Modelo digital de elevaciones del sector central de la Sierra de Guadarrama y su piedemonte septentrional, con la posición del recinto amurallado de Segovia (línea roja); red hidrográfica principal (líneas azules) del sector comprendido entre el río Eresma y el río Milanillos.

Pero, si se tiene en cuenta la pendiente media de las captaciones y Acueductos romanos (según los expertos que han estudiado estas obras a lo largo del Imperio; Martínez Caballero, 2012), para abastecer la ciudad de Segovia (a cota máxima de 1015 m s.n.m.) sería necesario que la captación en la parte baja de las laderas de la Sierra en esas cuencas, tuviera una cota mínima de 1200 m s.n.m., e idealmente superior a 1300 m s.n.m. Esta restricción limita notablemente las corrientes fluviales susceptibles de ser captadas; y reduce notablemente la superficie de las cuencas hidrográficas drenantes hasta la posible captación, hasta dejar únicamente cinco: Milanillos, Peces, Acebeda, Tilviejo y alto Eresma (Valsaín).

Modelo digital de elevaciones del sector central de la Sierra de Guadarrama y su piedemonte septentrional, con la posición del recinto amurallado de Segovia (línea roja); red hidrográfica principal (líneas azules) del sector comprendido entre el río Eresma y el río Milanillos; y cuencas fluviales (superficies azules) ubicadas por encima de la cota 1200 m s.n.m. (línea parda clara) y sobre la cota 1400 m s.n.m. (línea parda oscura).

Dado que el arroyo Tilviejo y los ríos Milanillos y Peces tienen unas cuencas hidrográficas sobre la cota 1400 m s.n.m. de superficie insignificante como para producir suficientes recursos hídricos; y además, para estos dos últimos, el Acueducto tendría que salvar el valle del río Frío en su trazado hacia Segovia, las únicas corrientes en las que se podría ubicar la captación serían el arroyo de la Acebeda (alto Frío) y el río Valsaín (alto Eresma).

Mapa topográfico (base Iberpix, IGN) con las dos principales cuencas hidrográficas de la vertiente septentrional del sector central de la Sierra de Guadarrama por encima de la cota 1400 m s.n.m.: el alto Frío o arroyo de la Acebeda (al oeste, fondo azul claro); y el alto Eresma o río Valsaín, que a su vez se subdivide en las cuencas del arroyo Minguete (fondo azul intermedio) y arroyo del Puerto del Paular (fondo azul oscuro).

Las cuencas hidrográficas del alto Frío y alto Eresma, a pesar de situarse muy próximas espacialmente (incluso comparten divisoria varios kilómetros), tienen características geológicas y geomorfológicas muy diferentes:

  • En la cuenca hidrográfica del alto Frío (Acebeda) predominan en cabecera las litologías metamórficas ortoderivadas (ortogneises), que en la cabecera de la sierra de la Mujer Muerta son fundamentalmente leucogneises (de colores amarillentos en el mapa), mientras que la mayor parte de la cuenca se trata de ortogneises glandulares (de colores pardos claros en el mapa); pero todos ellos cubiertos discordantemente por formaciones de canchales o pedreras (superficies grisáceas rayadas), que son fruto de su disgregación por procesos periglaciares.
  • En la cuenca hidrográfica del arroyo Minguete (alto Eresma occidental) y sobre todo en la del arroyo del Puerto del Paular, predominan las litologías ígneas plutónicas, fundamentalmente granitoides (monzogranitos, leucogranitos, granodioritas…; colores rojos, magenta y rosados en el mapa); que además están menos cubiertos por formaciones coluvionales, sino que predominan los lanchares, losas, tors graníticos y bolos.
Parte superior: mapa geológico 1:50.000 (MAGNA; Bellido et al., 1990) de las cuencas altas de los ríos Fríos y Eresma. Parte inferior: aspecto en campo de los tres principales grupos de rocas que constituyen el sustrato de las cuencas: izquierda, leucogneises de la cabecera del río Frío; centro, ortogneises glandulares de la cuenca del río Frío; derecha, leucogranitos y monzogranitos de las cuencas de los arroyos Minguete y del Puerto del Paular.

El comportamiento hidrológico de estas diferentes formaciones geológicas de las cabeceras de estas cuencas es muy diferente, ante un mismo evento de precipitación:

  • En la cuenca hidrográfica del alto Frío, el agua de la lluvia o de la fusión de la nieve se infiltra en los abundantes canchales y pedreras asociados a los leucogneises y pasa a formar parte de los acuíferos detríticos superficiales que se recargan durante el invierno y la primavera, y que van drenando progresivamente por fuentes y manantiales al pie de los mismos, manteniendo un caudal más o menos constante en arroyos y el río. Buena prueba de este mantenimiento de caudales son los manantiales de La Becea, ubicados al pie de los canchales de la cuenca del río Milanillos (análogos a los del río Frío), y explotados por Agua Bezoya en Ortigosa del Monte.

  • En la cuenca hidrográfica del alto Eresma, el agua de lluvia o de la fusión de la nieve apenas se infiltra en el acuífero fisural y los escasos canchales, y circula rápidamente de forma superficial sobre las lanchas y losas, drenando principalmente en superficie y con escasos caudales base, por lo que los arroyos tienen un marcado estiaje. Tan solo una pequeña cantidad de agua se infiltra por las grietas (fallas y diaclasas) de la roca se acumula en estos acuíferos fisurados, fisurales o de ‘rocas duras’, o empapando las arenas y limos en los pequeños mantos de meteorización de los granitos (zonas de arenización o lehm granítico) que constituyen acuíferos detríticos superficiales, drenando lentamente hasta que se agotan sus exiguas reservas hídricas a inicios del verano.

Este comportamiento hidrológico diferencial de ambas cabeceras de cuenca ante los eventos de precipitación y la producción de escorrentía, sería especialmente patente durante la época de dominación romana, ya que el clima era más cálido que en la actualidad (Periodo Cálido Romano; Carter, 1997), por lo que los eventos de precipitación nival en la sierra de Guadarrama serían menores, y la permanencia de la nieve menor a lo largo de la primavera; con lo que el periodo de sequía hidrológica estaría más marcada en la cuenca del alto Eresma que en el alto Frío, que tendría cierto caudal base procedente del drenaje de los acuíferos de los canchales. En este aspecto es llamativo que, décadas tras los periodos cálidos de los últimos milenios (dominación romana, Alta Edad Media, segunda mitad del siglo XX), se hayan hecho precisamente las principales obras (Acueducto, embalses) y ordenanzas (caceras) relacionadas con el agua en el piedemonte de la sierra de Guadarrama.

Gráfico de las variaciones del parámetro isotópico del oxígeno d18O a lo largo de los últimos 5000 años, como indicador de las temperaturas medias ambientales (tomado de Carter, 2007). Se puede apreciar los cuatro grandes intervalos temporales con temperaturas medias superiores a las actuales, correspondientes a los periodos cálidos: Minoico, Romano, Medieval y Siglo XX final; y de todos ellos, cómo el de mayores temperaturas fue el Periodo Cálido Medieval.

A la menor regularidad de los caudales de la cuenca del alto Eresma respecto al alto Frío, se une la longitud y complejidad del trazado del Acueducto, desde la captación a cota aproximada de 1400 m s.n.m. hasta Segovia. Para el caso del río Frío es un trazado más rectilíneo y corto; mientras que en el caso del alto Eresma, por la orilla izquierda, sería un trazado más largo y curvado, con complejidades técnicas.

Un último aspecto distintivo entre ambas opciones relacionado con la ubicación concreta de la captación: mientras que el valle del río Frío discurre por una garganta fluvial con la característica sección transversal en V, cuyo fondo está ocupado por un estrecho lecho aluvial; el valle del río Eresma hasta Valsaín discurre por una fosa tectónica (estructura de tipo pop-down; Díez-Herrero y Martín Duque, 2005), con fondo de valle ancho y plano, en el cual el río divaga formando meandros pronunciados y móviles en el tiempo, tras los eventos de avenida. De ahí, que a la hora de ubicar una estructura de captación con azud y toma, sea más fácil situarla en el cauce del río Frío, que no en determinados sectores del río Eresma, cuya movilidad podría dar al traste con la estructura de captación, dejándola inoperativa cada poco tiempo.

En resumen, la disposición de las cuencas hidrográficas capaces de suministrar caudales suficientes y a cotas viables para abastecimiento a Segovia, así como la configuración geológica y geomorfológica que condiciona su diferente respuesta hidrológica en un periodo de clima más cálido que el actual; junto con la longitud y complejidad del trazado, y movilidad del cauce en la captación, pudieron ser las causas de la elección de la cabecera del río Frío (arroyo Acebeda) frente al alto Eresma (río Valsaín), para ubicar la captación del Acueducto. Sin que por ello se pueda descartar el uso combinado o sucesivo en el tiempo de ambas fuentes de caudales, incluso complementándose estacionalmente (invierno y primavera del alto Eresma; verano y otoño del alto Frío).

“The answer, my friend, is written in the rocks”

Agradecimientos

Este texto y figuras es un extracto del segundo apartado del capítulo de libro de Díez-Herrero (2017), que se puede descargar completo en la red social científica ResearchGate. El autor desea agradecer al Excmo. Ayuntamiento de Segovia, a la Concejalía de Patrimonio y Turismo, y a la empresa municipal Turismo de Segovia, la invitación a participar en las I Jornadas Acueducto de Segovia 2016; y a publicar un resumen de mi ponencia en el libro de actas del que está extractado este apartado. A Alberto Díez, Rodrigo Díez y Pablo Díez, por los recorridos de campo y visitas técnicas a diferentes tramos del Acueducto; y al Instituto Geológico y Minero de España (IGME, CSIC) por permitir en su momento la reproducción de sus mapas y cortes geológicos, consultables en: http://info.igme.es/cartografiadigital/geologica/Magna50Hoja.aspx?language=es&id=483.

En memoria de Julio Michel, titiritero y enamorado de Segovia y su geología; quien hizo posible la innovadora iniciativa del Geo-titirimundi.

Para saber más…

Arenas Martín, R., Fuster J.M., Martínez-Salanova, J., del Olmo Sanz, A., Villaseca, C. (1991). Mapa geológico de la Hoja nº 483 (Segovia). Mapa Geológico de España E. 1:50.000. Segunda Serie (MAGNA), Primera edición. Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE), Madrid.

Bellido Mulas, F., Casquet, C., Fuster, J.M., Martín Serrano, A., del Olmo Sanz, A., de Pablo Macía, J.G. (1990). Mapa geológico de la Hoja nº 508 (Cercedilla). Mapa Geológico de España E. 1:50.000. Segunda Serie (MAGNA), Primera edición. Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE), Madrid.

Carter, R.M. (2007). The Myth of Dangerous Human-Caused Climate Change. En: Proceedings of The Australasian Institute of Mining and Metallurgy (AusIMM) 2007 New Leaders’ Conference, Melbourne, pp. 61-74.

Díez Herrero, A. y Martín-Duque, J.F. (2005). Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia. En: Abella Mardones, J.A.; Salinas, B. y Yoldi, L. (Coords.), Colección Hombre y Naturaleza, VII. Ed. Junta de Castilla y León, 464 págs.

Díez-Herrero, A. (2017). Las raíces del Acueducto: Segovia antes y bajo ‘el ciempiés’. En: Actas I Jornadas Acueducto de Segovia. Una ciudad por y para un monumento, pp. 27-52, Segovia, 3-9 octubre de 2016. Edita: Ayuntamiento de Segovia-Turismo de Segovia, Segovia, 203 pp.

ITGE (1991). Memoria del mapa hidrogeológico de la Hoja nº 38 (Segovia). Mapa Hidrogeológico de España E. 1:200.000. Primera edición. Instituto Tecnológico Geominero de España, Madrid, 135 pp.

Martínez Caballero, S. (2012). El Acueducto de Segovia. De Trajano al siglo XXI. Ed. Ayuntamiento de Segovia, Concejalía de Patrimonio Histórico y Turismo, Empresa Municipal de Turismo, Segovia, 179 pp.

Otra bibliografía complementaria para profundizar en aspectos concretos…

Bermúdez, A. y Marqués, I. (2012-2013). El acueducto de Segovia: planteamientos conceptuales y metodológicos para el estudio del trazado extraurbano. Oppidum, nº 8-9 179-201. IE Universidad. Segovia.

Bodoque, J.M.; Pedraza, J.; Martín-Duque, J.F.; Sanz, M.A.; Carrasco, R.M.; Díez, A. y Mattera, M. (2001). Evaluación de la degradación específica en la cuenca vertiente al embalse de Puente Alta (Segovia) mediante métodos de estimación directos e indirectos. Revista Cuaternario y Geomorfología, 15 (3-4), 21-36.

Domínguez Jimeno, C. y Pampillón González, C. (2000). La Madre del Agua. Desde el Acueducto a la nueva cultura del agua. Obra Social y Cultural de Caja Segovia, Segovia, 142 pp.

Mejías, M., Fernández, M., Vías, J., Castro, A., del Pozo, J. (2015). El agua: de las cumbres a los valles. En: Mejías, M. (Ed.), El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama: cumbres, paisaje y gente, Capítulo 4, pp. 149-227, Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y Organismo Autónomo de Parques Nacionales, Madrid, 536 pp.

Mosácula María, F.J. (2011). El Abastecimiento de Agua a Segovia a Través del Tiempo. Ed. Francisco Javier Mosácula María, Segovia, 224 pp.

Obra Social y Cultural de Caja Segovia. Tras la huella del Acueducto desde la sierra a Segovia. Obra Social y Cultural de Caja Segovia, Segovia, 32 pp.

Velasco Sayago, J.P. (2015). Recorridos con historia: El Acueducto. Revista Plaza Mayor de Segovia (2000-2015), 28, Revista conmemorativa 30 aniversario Declaración Ciudad Patrimonio de la Humanidad, Segovia, 20 pp.

Victory, A. y Guinea, E. (1931). El Pinar de La Acebeda. En: Hernández-Pacheco, E. (Dtor.), Guías de los Sitios Naturales de Interés Nacional, Número 1, Sierra de Guadarrama, pp. 57-77, Junta de Parques Nacionales y Patronato Nacional de Turismo, Ministerio de Fomento, Madrid, 107 pp.


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