De todos es conocido que los encierros de Cuéllar (Segovia) presumen, con documentación histórica que lo avala, de ser los más antiguos de España y quizás del mundo. Existe constancia documental de festejos de ‘correr los toros’ en Cuéllar desde al menos el siglo XIII (el año 1215, según la peña La Plaga). Otros encierros mundialmente famosos y declarados también fiesta de interés turístico internacional, como los de San Fermín en Pamplona, parecen tener su origen en festejos taurinos de un siglo después, en el año 1385. Por su parte, en documentos del archivo municipal de 1417 de la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo encontramos una alusión a correr los toros; y los de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes aparecen citados en una provisión en la que el emperador Carlos V insta al arzobispado de Toledo a ceder los toros para correrlos, del año 1525.
Foto Primer premio Encierros de Cuéllar 2011. Autor: Luis Marcos.
Sin embargo, si en lugar de tener en cuenta la documentación histórica, consideramos el terreno sobre el que se desarrollan los encierros, esto es, la edad de las tierras o terruños sobre las que corren las reses y los aficionados, la cosa cambia notablemente; es más, el orden de antigüedad de los eventos se invierte.
Los encierros de Ciudad Rodrigo (Salamanca), en el denominado ‘Carnaval del Toro’, discurren sobre areniscas con intercalaciones de fangos del Paleógeno (Eoceno), con cerca de 50 millones de años de antigüedad.
Los encierros de Pamplona (Navarra) por San Fermín discurren sobre una terraza cuaternaria antigua en la que se ubica la parte elevada de la ciudad; pero justo debajo, a muy pocos metros de profundidad, hay margas grises del Eoceno medio (Biarritziense), con más de 40 millones de años de edad.
Los encierros de San Sebastián de los Reyes (Comunidad de Madrid) se desarrollan en las arenas arcósicas con cantos, limos y arcillas rojas de la cuenca de Madrid, de edad Mioceno medio (Astaraciense), con unos 13 millones de años de antigüedad.
Finalmente, los encierros de Cuéllar (Segovia), en su tramo de campo desde Los Corrales del Cega hasta las lomas de Las Hontanillas, se desarrollan sobre las arenas de la Tierra de Pinares, depositadas por ríos en el Cuaternario (últimos 2,6 millones de años), pero removilizadas por los vientos del Pleistoceno superior y Holoceno (con una intensa fase eólica en el Dryas reciente, desde hace 13.000 a 11.500 años).
Bien es cierto que el tramo desde Las Máquinas, El Descansadero, Las Hontanillas, El Terrero, El Embudo y el tramo urbano hasta la plaza de toros, discurre por las margas con yesos de las facies Cuestas y las calizas de los Páramos, de edad miocena, parecida a la de las rocas por las que se desarrolla el encierro de San Sebastián de los Reyes.
Así pues, visto con esta perspectiva geológica, sobre todo por su tramo de campo, los encierros de Cuéllar serían, al menos entre los más populares, los más modernos ‘de la tierra’.