El antiguo molino de Los Hoyos, cuyas ruinas se encuentran en el paraje homónimo en el sector centro-oriental del actual término municipal de Segovia (antigua jurisdicción de Revenga), se sitúa unos ocho kilómetros al sudeste de la ciudad de Segovia, en la cuenca hidrográfica que define la falda septentrional de la alineación montañosa de Matabueyes-Cabeza Gatos-Carrera Blanca-Cabeza Grande (estribaciones de la Sierra de Guadarrama).

Desde el punto de vista geológico se ubica dentro del Macizo Ibérico o Hespérico, el más antiguo de los tres grandes conjuntos geológicos de la península Ibérica. Más concretamente, dentro del Macizo Ibérico, la Sierra de Guadarrama y su piedemonte se sitúan en la denominada ‘Zona Centroibérica’, caracterizada en este sector por la presencia de rocas metamórficas preordovícicas y rocas ígneas plutónicas tardivariscas carboníferas. Restringiéndonos al entorno inmediato del antiguo molino, se pueden reconocer tres conjuntos de rocas diferentes (Arenas Martín et al. 1991):
- Rocas metamórficas de alto grado, tanto orto-derivadas (ortogneises glandulares y leucogneises) como para-derivadas (paragneises, mármoles y rocas de silicatos cálcicos), con edades que abarcan desde el Proterozoico Superior-Neoproterozoico (‘Precámbrico’, unos 600 millones de años) al Cámbrico Superior (unos 490 millones de años).
- Rocas ígneas plutónicas ácidas, con granitoides (monzogranitos, granodioritas, dioritas), entre los que predomina el afloramiento del plutón del valle de Valsaín, con monzogranitos (‘adamellitas’) porfídicas de tipo ‘La Granja’ (Carbonífero superior, con edades en torno a 300 millones de años).
- Rocas y minerales filonianos, entre los que se encuentran desde filones de cuarzo a diques de leucogranitos aplíticos, microdioritas, porfiritas, diabasas, gabros, sienitas, etc. (Carbonífero Superior-Pérmico, con edades entre 250 y 300 millones de años).
Las relaciones espaciales y estructurales entre este tipo de rocas son de diferente tipo, desde contactos tectónicos (cabalgamientos variscos, fallas subverticales variscas y alpinas) a intrusivos (plutónicos o filonianos tardivariscos). También son frecuentes las bandas y zonas de cizalla dentro de los conjuntos de rocas metamórficas, con milonitas y zonas fuertemente tectonizadas y trituradas.
En el entorno inmediato de las ruinas del molino de Los Hoyos el cerro entre el paraje de El Pasadero y Los Hoyos está formado por el extremo septentrional de un afloramiento en cuña de leucogneises ortoderivados (con foliación de 60° NE), cuyo mayor contenido cuarzo-feldespático ha permitido una mayor resistencia a la meteorización fisicoquímica y erosión. Hacia el este, limita en contacto mecánico (que sigue el valle del arroyo) con ortogneises glandulares (con foliación de 80° E); mientras que hacia el noroeste limita en contacto intrusivo con un gran filón de cuarzo lechoso de varios metros de potencia, de dirección N 20-30° E, subvertical, que por su mayor resistencia forma un crestón SSW-NNE en la cuerda del cerro.

Al norte de esta cuña de leucogneises, en las proximidades de las ruinas del Rancho de Santillana, la configuración geológica de detalle se complica aún más, puesto que una estrecha y corta banda de rocas metamórficas paraderivadas (mármoles y rocas de silicatos cálcicos) de dirección NW-SE es interrumpida e interceptada tanto por el contacto mecánico entre leucogneises y ortogneises glandulares (leucocratos con mesocratos-melanocratos), como por uno de los filones de cuarzo SW-NE; por lo que se produjo metasomatismo e intercambio de fluidos de diferentes composiciones químicas, dando lugar a skarn cálcicos (con piroxenos y anfíboles) y mineralizaciones metálicas (cobre, hierro y zinc, e incluso posibles trazas de oro; Tornos, 1984).
Todo ello configura un puzzle de rocas en superficie que ha condicionado la configuración del relieve (geomorfología), las características de los suelos (edafología), la disponibilidad de recursos naturales (minerales e hídricos) y, con ello, la flora, fauna y aprovechamientos históricos de este paraje (Díez Herrero, 2017).
Implicaciones arqueológicas e históricas de la configuración geológica y geomorfológica
Esta compleja y singular configuración geológica y la disposición geomorfológica derivada, en la que se situaron el molino y sus instalaciones anexas, tuvo notable repercusión no sólo en la elección del emplazamiento concreto del molino, sino también de otros elementos y aprovechamientos históricos (edificaciones, infraestructuras, vías de comunicación, explotaciones agropecuarias y forestales…) cuyos restos arqueológicos se encuentran en este entorno.
En primer lugar, la ubicación del molino, aprovechando el cambio de pendiente en la cacera de conducción del Acueducto y la enorme energía potencial del cerro de Los Hoyos respecto al piedemonte, estuvo condicionada por la mayor resistencia de las rocas del cerro, los leucogneises y el filón de cuarzo, que constituyen un relieve residual difícilmente erosionable. Por lo tanto, la ubicación de la cacera y los edificios con las ruedas y maquinarias no fue casual, sino aprovechando la favorable configuración geológica de ese cerro y la configuración geomorfológica derivada.

En segundo lugar, el carácter impermeable de estas rocas (salvo por fisuración en el diaclasado) garantiza que las pérdidas de agua en el caz y las balsas por infiltración en el lecho excavado en la roca van a ser mínimas, y por lo tanto el aprovechamiento de los caudales, máximos, lo que resulta óptimo para la ubicación el molino. De hecho, una de las posibles hipótesis para la denominación del paraje y el molino, es que el caz y las balsas, al erosionar la roca del lecho y sus márgenes, formaran pozas, calderas o marmitas de gigante, que en el piedemonte del Guadarrama son llamadas ‘hoyas’ u ‘hoyos’ (como el molino de la Hoya, en San Lorenzo, en Segovia, que se ubica en las proximidades de una de estas marmitas de gigante). Sin embargo, las bandas y zonas fuertemente tectonizadas y alteradas dentro de los gneises permitieron una fácil excavación artificial de la cacera y pozas del Acueducto y molino.
En tercer lugar, estos materiales metamórficos (gneises) y el cuarzo del filón, suministraron piedra para construir los edificios, tapias y vallados con mampostería y sillarejo, sin necesidad de transportar materiales desde lugares distantes . De hecho, el cuarzo lechoso del potente filón cercano pudo ser utilizado como material incluso para fabricar piedras de molino (a pesar de su intenso diaclasado), piezas abrasivas o jabre y guijos para la reparación de caminos y accesos del molino. No en vano, la segunda posible hipótesis del topónimo de ‘Los Hoyos’, son los múltiples socavones (hoyos) y trincheras excavados en ambas márgenes del filón de cuarzo, que no solo perseguían la búsqueda de una posible mineralización metálica, sino la extracción de ‘guijos’ o ‘gejos’ y jabre.


Y, por último, pero no menos importante, esas mineralizaciones próximas relacionadas con el metasomatismo y skarn, tuvieron históricamente actividades extractivas mineras (documentadas al menos desde la Edad Moderna), que pudieron suponer un complemento económico a las actividades molineras en determinados periodos históricos o épocas del año; y haber condicionado la confluencia espacial entre la calzada romana, el Acueducto, la cañada real, el esquileo-rancho y el molino.

Para saber más…
Álvarez, I., Herreras, A. y Díez Herrero, A. (2023). El molino de Los Hoyos. Un ingenio movido por el agua de la cacera del Acueducto. Estudios Segovianos, 122, 646-677.
Arenas Martín, R., Fúster, J.M., Martínez-Salanova, J., Del Olmo Sanz, A., Villaseca, C. (1991). Mapa geológico de la Hoja nº 483 (Segovia), Mapa Geológico de España E. 1:50.000, Segunda Serie (MAGNA), Primera edición, Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE), Madrid.
Díez-Herrero, A. (2017). “Las raíces del Acueducto: Segovia antes y bajo ‘el ciempiés’”. En: Actas I Jornadas Acueducto de Segovia. Una ciudad por y para un monumento, Ayuntamiento de Segovia-Turismo de Segovia, Segovia, 27-52.
Tornos, F. (1984). Fuente del Cospedal. Ficha de indicio o depósito nº 38-68. Mapa metalogenético de España a E. 1:200.000, Hoja 38 (Segovia), Base de datos de indicios mineros BASEMIN, Instituto Geológico y Minero de España, Madrid.