Los guijos son filones de cuarzo muy característicos del paisaje segoviano. Son pequeñas elevaciones formadas por la existencia de rocas que son mucho más resistentes a la erosión, como el cuarzo, que el granito. Así, cuando se erosiona todo el conjunto, los diques de esas rocas forman una especie de «caballón» y quedan como resaltes alargados.