Recientemente (fecha del depósito legal en 2021) la Diputación de Segovia ha publicado, en su colección ‘La provincia de Segovia al detalle‘ (nº 6), el librito titulado ‘El Cerro de los Almadenes. Una espectacular explotación de cobre en Otero de Herreros‘, del que son autores los miembros del Equipo de Investigación de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología (SEHA).
Felicitamos a la Diputación, al Ayuntamiento de Otero de Herreros, a su asociación cultural (cuyo Presidente prologa la obra) y, por supuesto, al numeroso y multidisciplinar equipo de investigación, por esta pequeña (en dimensiones) pero gran obra (en contenidos), que recopila y actualiza todos los conocimientos que se tienen sobre ese importante yacimiento arqueológico, poniendo a la luz nuevos datos e interpretaciones inéditas.
Desde el colectivo geológico segoviano nos congratulamos que este proyecto de investigación arqueológico-histórico minero haya llegado a tan buen puerto, ya que varios de los geólogos segovianos participamos en su génesis, invitando a través del Ayuntamiento y la asociación Lacerta, a las ‘I Jornadas del patrimonio geológico y minero de Otero de Herreros‘ (verano de 2008) a diferentes investigadores, como Octavio Puche (como bien se señala en la página 65 del libro); quien trajo de su mano, pocos meses después, al propio Mariano Ayarzagüena, principal impulsor de las posteriores investigaciones de este equipo de la SEHA. Jornadas que se repetirían, al menos, hasta su tercera edición.
Aprovechando la feliz circunstancia de la publicación de esta obra, queremos reivindicar la importancia de algunos antecedentes que quizás hayan pasado desapercibidos a los aficionados y curiosos de la historia de las técnicas. Como bien recoge el libro en su página 62: «También es de señalar la obra de Andrés Díez y Martín Duque (2005), en la que, con los pocos datos existentes hasta ese momento, plantean una reconstrucción del paisaje y de la tecnología minera y metalúrgica en el Cerro de los Almadenes«.
Efectivamente es cierto que en el libro ‘Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia‘ ya se avanzaban algunas de las hipótesis e interpretaciones que luego han sido matizadas y corroboradas en las investigaciones del equipo de la SEHA. Pero no sólo por los textos que le dedican en ese apartado los doctores Andrés Díez Herrero y José Francisco Martín Duque (que no hacen otra cosa que sintetizar los datos existentes hasta ese momento), sino por la aportación del dibujante y maestro industrial Jorge Soler Valencia.
Los dibujos que realizó Jorge Soler Valencia para ilustrar ese apartado del libro, que para mucha gente han pasado desapercibidos por el reducido tamaño con el que fueron maquetados en el libro por problemas de espacio, son en sí mismos un resultado de una investigación histórico-minero-metalúrgica. Porque Jorge Soler no era un ‘simple dibujante’ (que también, y muy bueno), sino un estudioso de la historia de las ciencias y las técnicas, cuyas investigaciones se plasmaron en infinidad de obras propias (Inventario de arqueología industrial de la provincia de Segovia) y proyectos ejecutados (Real Casa de Moneda de Segovia, Senda de Los Molinos, Norias del Jardín Botánico y la Huerta del Baño…).
Para realizar cada uno de los dibujos, Jorge no se basaba en dibujos preexistentes, sino que buscaba documentación sobre evolución del paisaje, de especies vegetales arbóreas predominantes, de otros ejemplos de disposición de las minas romanas (Sierra Morena, La Unión, Río Tinto…), del sistema de explotación y gestión, de la tipología de los hornos encontrados de esa época… hasta de la dirección predominante de los vientos en la zona de Otero de Herreros (ahora y posiblemente en época romana), para poner la orientación del humo de las chimeneas. Y luego le aplicaba su lógica y pragmatismo, como buen maestro industrial. Así era Jorge: riguroso, detallista y enamorado de la historia de las técnicas; y todo ello, lo plasmó en sus dibujos sobre la minería histórica en el cerro de Los Almadenes en Otero de Herreros. Sirva esta revisita a su obra de su mano (nunca mejor dicho), como homenaje a lo mucho que nos aportó a tod@s, incluido al conocimiento de la arqueología industrial en nuestra provincia.