Tras varios años de duro trabajo la geóloga segoviana Cristina Martín Moreno presentará su Tésis Doctoral el próximo viernes 31 de mayo de 2013 a las 11:00h en la Sala de Grados de la Facultad de Ciencias Geológicas (UCM). Con este acto se pondrá punto seguido a una dilatada actividad investigadora consecuencia de largas jornadas de campo, experimentación y sesudas discusiones.
En el Parque Natural del Alto Tajo existe una problemática ambiental relacionada con la degradación de comunidades biológicas fluviales, particularmente de las poblaciones de trucha. Esta problemática parece realmente compleja, y sobre la misma no existen estudios científicos que identifiquen uno o varios factores, si bien se ha atribuido a un supuesto incremento de la emisión de sedimentos detríticos a la red fluvial desde las explotaciones mineras de este entorno. En este marco, el objetivo principal de esta tesis doctoral es entender el flujo de sedimentos detríticos en el entorno del Parque Natural del Alto Tajo (sectores de Peralejos de las Truchas y Poveda de la Sierra – Peñalén), así como la identificación y cuantificación de las principales fuentes de sedimentos.
Para realizar las cuantificaciones se ha optado principalmente por medidas directas (de campo) de la erosión y la sedimentación. Para ello se ha realizado, en primer lugar, el seguimiento durante dos años hidrológicos de una mina con medidas para el control de la erosión y sedimentación (mina El Machorro), así como de una escombrera experimental situada en su interior. Este seguimiento ha permitido obtener valores medios de producción de sedimentos del interior de la mina de 292 Mg ha-1año-1, retenidos en balsas de sedimentación, valor que se sitúa en el rango superior de los recogidos por la literatura. Los distintos tratamientos de restauración estudiados presentan tasas medias de erosión de entre 7 y 123 Mg ha-1año-1, mientras que para las laderas que representan escombreras sin restaurar (tratamientos control) la tasa media de erosión es de 314 Mg ha-1año-1, todos ellos en el orden de magnitud publicado para situaciones comparables. El seguimiento de la escombrera experimental ha permitido obtener criterios claros sobre un manejo adecuado de la topografía (construcción de laderas cóncavas) y la cobertura edáfica y las formaciones superficiales, (suelo y coluvión carbonático), concluyendo que el uso del suelo local como tierra vegetal es la principal medida para reducir la erosión en el interior de las minas. Adicionalmente, se aporta una solución de restauración geomorfológica, dirigida a restablecer los equilibrios dinámicos hidrológico y erosivo-sedimentario de las laderas modificadas por la actividad minera.
También se ha cuantificado la producción de sedimentos de una cárcava arenosa (cárcava de Ribagorda) mediante el seguimiento, durante cinco años, del relleno de unos diques de corrección hidrológica situados inmediatamente aguas abajo de ella. La tasa media de producción de sedimentos obtenida para esta cárcava es de 121 Mg ha-1año-1, similar a la obtenida en cárcavas situadas en contextos fisiográficos similares. En tanto se considera que esta emisión de sedimentos es “natural”, se argumenta en contra del uso de diques de corrección hidrológica en contextos como éste.
Finalmente se han calculado las tasas de erosión de las escombreras exteriores de una mina sin medidas para el control de la erosión y sedimentación en el contexto de su cuenca hidrográfica (mina Santa Engracia, cuenca del arroyo Peñalén), en la que también existen cárcavas y diques de corrección hidrológica. En este caso la tasa media de erosión para las escombreras exteriores es de 318 Mg ha-1año-1 para 19 años. Esa emisión desde zonas mineras se suma a otras desde cárcavas y otro frente minero, situados en esta cuenca con una alta actividad erosiva. Muestra de ello es la retención de un total de 6.200 Mg de sedimentos en una serie de diques de corrección hidrológica durante un periodo inferior a dos meses en el inverno de 2009-2010. Un estudio más detallado desde el inicio de la construcción de los diques en esta cuenca muestra una acumulación total de 19.500 Mg. Para interpretar correctamente este dato, es preciso tener en cuenta que se trata sólo del material retenido, que debe ser mucho menor que el total producido en la cuenca, si tenemos en cuenta que la vida útil de estos diques varía entre 2 y 36 meses desde que se construyen o reparan.
Incluso cuando los valores obtenidos están de acuerdo con lo recogido por la literatura para contextos similares, la clave en este contexto es la interpretación de lo que es o no una fuente ‘natural’ (como las cárcavas), o su conectividad con la red fluvial (caso de las minas). Así, las minas con medidas para el control de la erosión y sedimentación retienen en su interior —en las balsas de decantación y cunetas— los sedimentos producidos, mientras que las cárcavas y minas sin control de la sedimentación poseen una alta conectividad con la red hidrográfica de su entorno.
Con el objetivo de cuantificar y estudiar el flujo de sedimentos que finalmente llegan al río Tajo desde cada uno de estos escenarios, durante el desarrollo de esta tesis, se ha diseñado y se ha comenzado a instalar una red para el seguimiento del transporte de sedimentos en suspensión. Esta red consta de ocho puntos de medición distribuidos por las cuencas de los arroyos Tajuelo y Merdero y por un tramo del río Tajo. Los puntos de medición se localizan tanto aguas arriba como aguas abajo de las minas, así como a la salida de las balsas de decantación finales de dos minas activas: María José y El Machorro. Se muestra el diseño y la implementación de la red, proporcionándose también algunos hidrogramas y sedimentogramas a modo de ejemplo, que se discuten y analizan. En este sentido, lo más destacable es que el seguimiento del transporte de sedimentos en suspensión, además de aportar información sobre el flujo de sedimentos, permitirá obtener valores de referencia (baseline) para parámetros como la concentración de sedimentos en suspensión, lo que ayudará a evaluar el presunto impacto de la actividad minera.
Tras los trabajos realizados centrados en identificar y cuantificar las principales áreas de emisión de sedimentos en red fluvial, así como en su caracterización y contextualización, se discute sobre qué zonas se debería actuar para reducir los procesos erosivos, y se propone la solución de actuación. Así, se considera que las escombreras exteriores de la mina inactiva Santa Engracia son, a día de hoy, la principal fuente de sedimentos en este entorno, y donde habría que actuar con más urgencia. Pero también se clarifica dónde no tiene sentido actuar, y por qué. Es el caso de las cárcavas, dado que se entiende que éstas ya forman parte del sistema hidrogeomorfológico de este entorno, el cual se ha ajustado a la emisión de sedimentos desde ellas. En el caso de las minas activas, se considera que las medidas de control para la sedimentación (balsa de decantación o sedimentación) sirven para el control de la emisión de sedimentos. Sin embargo, se considera que las medidas para el control de la erosión pueden ser muy mejorables, por lo que se aporta una solución de restauración geomorfológica basada en el método Geofluv.
Esta solución se ha desarrollado a partir de las investigaciones iniciadas en la escombrera experimental de El Machorro, que dejaron claro el uso que debía darse a la cobertura edáfica (suelo) y a la formación superficial (coluvión carbonático), pero que quedaban limitadas por una simple mejora topográfica, pasar de laderas rectas a cóncavas. La solución propuesta consiste en la construcción de diseños de restauración basados en principios geomorfológicos integrales, que replican topografías con redes de drenaje y morfologías de canales que consiguen restablecer un equilibrio hidrológico y de flujo de sedimentos, y se restablecen valores de escorrentía, erosión y sedimentación similares a los de las laderas naturales del entorno.