El complejo asistencial del Hospital General de Segovia se ubica sobre las lastras calcáreas (superficie erosiva en las rocas de la orla mesozoica septentrional de la Sierra de Guadarrama) del piedemonte serrano de cuestas y mesas, aprovechando la amplia vaguada de la cabecera de un barranco que drena hacia el arroyo del Pinarillo y, de este, al arroyo Clamores.
Estas rocas calcáreas son alternancias de dolomías (arenosas), calizas, areniscas dolomíticas y margas, de edad Cretácico superior (85 a 75 millones de años de antigüedad), que fueron cubiertas bajo depósitos cenozoicos (paleógenos, neógenos y cuaternarios); y posteriormente exhumadas y expuestas por erosión de la cobertura y sometidas a procesos de karstificación.
Este karst no alcanzó mucho desarrollo, ni en superficie ni en profundidad, ni vertical ni horizontal, limitándose a formas endokársticas como galerías, tubos, pequeños pozos; que, tras la fase freática, apenas tuvo fase vadosa y desarrollo de espeleotemas, quedando inmediatamente rellenas por depósitos detríticos (conglomerados, arenas, limos y arcillas), tanto de los materiales cenozoicos suprayacentes, como del propio karst.
El resultado fue que el macizo calcáreo cretácico contiene en profundidad una serie de cavidades de morfologías irregulares ramificadas, de dimensiones métricas a decamétricas, rellenas por cantos, arenas, limos y arcillas. Estos rellenos detríticos pueden contener restos fósiles de vertebrados (macro- y micro-) e incluso restos arqueológicos y antropológicos; como contienen importantes yacimientos paleontológicos y arqueológicos en los vecinos valles del Eresma (Abrigo del Molino, Abrigo de San Lázaro) y Tejadilla (cueva del Buho, cueva de la Zarzamora, cueva del Portalón de Tejadilla); o como los contienen en los internacionalmente conocidos yacimientos de la Sierra de Atapuerca, en Burgos.
Hace dos décadas, en el año 2003, durante las obras de ampliación de la carretera N-110 en el tramo entre la estación de autobuses y el hospital (actual calle 3 de abril) estas cavidades rellenas quedaron expuestas en el talud sur de la carretera; e inmediatamente fueron cubiertas con un muro de módulos de hormigón prefabricado, gunitado, malla de triple torsión y vegetación rupícola; con lo que no pudieron ser estudiadas y analizadas como elementos geológicos singulares que son.
Poco después (2007), durante las obras de ampliación de la calle de Luis Erik Clavería para acceso a Urgencias y el nuevo aparcamiento del hospital, nuevamente quedaron al descubierto varias de estas cavidades rellenas en el talud noroccidental; y nuevamente fueron valladas y cubiertas por vertidos y vegetación.
Aún así, conscientes de la importancia de estos elementos geológicos (geomorfológicos y paleontológicos), fueron incluidos en el catálogo de lugares de interés geológico (LIG) que se realizó para el Ayuntamiento de Segovia, y que fue publicado de forma divulgativa en el libro «De roca a roca. Descubre el patrimonio geológico de la ciudad de Segovia» (Díez Herrero y Vegas, 2011; LIG nº 32, página 30 con fotografía incluida).
De hecho, cuando en 2011 surgió en Segovia la iniciativa de voluntariado ambiental y ciencia ciudadana «Apadrina una roca«, ahora con carácter nacional, estos lugares fueron apadrinados por varias personas por su interés patrimonial e incluso potencialidad arqueológica y paleontológica.
Recientemente (2018-2019), la iniciativa ELIGES (Entornos con Lugares de Interés Geológico para Educación ambiental en Segovia) de educación ambiental y geoturismo con patrimonio geológico, liderada por el Ayuntamiento de Segovia (Concejalía de Medio Ambiente) y financiada por la Estrategia de Educación Ambiental de la Junta de Castilla y León (Consejería de Fomento y Medio Ambiente), incluyó estos lugares de interés geológico en el catálogo entregado al Ayuntamiento (LIG nº 36), para garantizar su protección y uso como elementos didácticos y divulgativos.
Pues bien, desde hace unos meses (2023-2024) un nuevo proyecto de obras se ha puesto en marcha en estos terrenos, afectando de nuevo al lugar de interés geológico: las excavaciones y terraplenados de las nuevas obras de ampliación del complejo asistencial de Segovia. Con un total de casi 12.000 m² de superficie construida (6.400 m² asistenciales), supondrá un incremento de espacios del 22 por ciento sobre los 54.000 m² del edificio actual. Incluirá, entre otros servicios, una zona de consultas externas, los hospitales de día y la unidad de radioterapia, separando así la parte ambulatoria de la zona central y hospitalización. La inversión estimada por la Consejería de Sanidad es de unos 31,5 millones de euros.
Buena prueba de la destrucción que se ha producido de muchas de estas cavidades rellenas es la aparición en los taludes de restos de estas estructuras, pero la desaparición de todos los rellenos del amplio sector excavado.
Desconocemos si se ha realizado un estudio previo sobre el interés patrimonial natural (geológico) y cultural (arqueológico) de estos rellenos sedimentarios. Pero, de no ser así, se habrá perdido una magnífica oportunidad de proceder a su estudio, simplemente asegurando que su posible contenido paleontológico y arqueológico carecía o no de valor. Y se habrá perdido la oportunidad de datar la evolución del relieve de la ciudad de Segovia, poniendo fechas al inicio de la formación de los valles y las lastras.
Creemos que, una vez más, por desconocimiento o falta de interés (a pesar de estar publicado en un libro editado por el propio Ayuntamiento de Segovia), hemos ganado la ampliación del hospital, a costa de una posible destrucción patrimonial. No cabe duda que la ampliación del Hospital de Segovia era necesaria e imprescindible para la provincia, pero debería hacerse considerando también cuestiones ambientales y patrimoniales, también fundamentales para una ciudad y provincia que tienen en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos.