Los terremotos son obra del Diablo

Manifestaciones culturales populares en torno a los terremotos en la provincia de Segovia (extracto del libro ‘Los desastres naturales en la cultura tradicional segoviana‘; Díez Herrero et al., 2022).

Los terremotos históricos y recientes generados en Segovia han sido de escasa magnitud y se han sentido con pequeña o nula intensidad; y los terremotos de elevada magnitud con epicentro fuera de Segovia y de campo lejano, o bien han sido sentidos con poca intensidad como para generar manifestaciones culturales populares (como el terremoto de 1969), o bien cuando se sintieron con cierta intensidad (como el terremoto de Lisboa de 1755 o de Arnedillo de 1817), solo han dejado manifestaciones culturales cultas (anotaciones en el libro de actas del cabildo catedralicio, poema gráfico, encuestas reales, inscripciones, noticias en prensa…) o religiosas (acción de gracias, cambios en la liturgia de la misa, procesiones…).

Tampoco se recogen manifestaciones culturales populares asociadas al terremoto de Lisboa en las fichas de las respuestas de las diferentes localidades a la encuesta real de noviembre-diciembre de 1755 y principios de 1756 (Martínez Solares, 2001), tras el terremoto de Lisboa, más allá de las simples descripciones del evento (ruidos previos, movimiento de objetos, sensaciones de vértigo o mareo), reacciones de las personas ante el evento (sorpresa, miedo, huida) o las implicaciones religiosas (plegarias, rezos…), muy relacionadas con el hecho de que se trataba de la festividad de Todos los Santos, y muchas de las personas se encontraban en misa o visitando los cementerios.

Algunas de las personas preguntadas (vecinos y religiosos) y los responsables de responder a la encuesta (en su mayoría alcaldes, escribanos, jueces y procuradores sexmeros; Martínez Solares, 2001) atribuyen el terremoto a un acto por intercesión del diablo, como se comprueba en las respuestas de algunas localidades:

  • Aguilafuente: «Y un religioso de Nuestro Padre San Francisco, que estaba confesando en dicha Iglesia dijo y aseguró que el confesionario donde estaba, junto con un penitente, se movía y reparando en la dicha Iglesia vio estremecimiento de el (sic) templo, y se acogió a una cruz de su rosario, presumiendo si sería el enemigo que quería interrumpir tan santo acto».
  • Caballar: «… a lo que dicho Señor cura replicó una y dos veces se estuviesen quedos y no se alborotasen, que sería tentación del diablo, para que no estuvieran atentos a la doctrina y misa».
  • La Cuesta: «… parecía sería alguna cosa que por arte del diablo quería impedir los Oficios Divinos, y ya, más enterado, sería aviso del Cielo para la mudanza de vida, y ya sería aviso que apartásemos el corazón de esta máquina, que aunque parecía estable presto se acabaría».

En otras ocasiones se atribuye a la Providencia Divina, como castigo por los pecados o actos humanos, como se puede ver en diversas localidades:

  • Carbonero de Ahusín: «Sólo infieren que será para darnos a entender la Providencia de Dios su alto poder, y que en bre[ve] rato nos puede destruir a vista de tanta ingratitud como usamos con Su Divina Majestad».
  • Hontanares de Eresma: «… Y a lo más que todos se reclinan es a que son avisos de la Divina Majestad para que haya enmienda en el pecar. Esto expresaron».
  • Martín Miguel: «… Esto, cual todos, temerosos al salir de ella, todo era preguntar: «¿qué será ésto?». Nadie resolvió más de a decir: «son nuestras culpas«».
  • Martín Muñoz de las Posadas: «Sin haberse experimentado ruina alguna ni en criaturas ni edificios y menos reconocer la causa que la motivó. Sólo sí pensar es superior el caso y que dimana de Dios Todopoderoso».

Por lo tanto, la única posible solución o remedio a los terremotos pasa por realizar plegarias al mismísimo Dios, como se observa en las respuestas de:

  • Caballar: «Y quedamos pidiendo a Dios nuestro Señor nos libre de semejantes terremotos, y temblores».
  • La Cuesta: «… algunos los más de mis vecinos como zeaeridos (sic) del temblor acudieron a la Divina Misericordia, por parecerles del Altísimo semejante movimiento».

Incluso se atribuyó como milagro de la Virgen el hecho de que no ocurrieran mayores daños en determinadas localidades, como Santa María la Real de Nieva:

«Circunstancia que dio justo motivo para atribuir a milagro de esta Soberana Imagen que con título de la Soterraña se venera en el Real convento de esta villa, por cuya razón en pedimiento de el reverendo padre Prior de él se hizo información, ante mí, de el poco ningún efecto que causó dicho temblor de tierra en esta villa, para que en todo tiempo conste y se tenga por milagro, mayormente, cuando en los lugares de esta circunferencia, y a muy poca distancia, experimentaron diferentes efectos, como moverse y temblar la Iglesia y personas, tanto que, temiendo se arruinasen, las desampararon todas junto con el sacerdote que estaba celebrando».

En localidades segovianas y otras próximas a la provincia de Segovia, que entonces eran jurisdicción del intendente de la ciudad, como Fuentelcésped (actualmente provincia de Burgos) e Íscar (actualmente provincia de Valladolid), se realizaron rogativas a la Virgen y misas de acción de gracias:

  • Fuentelcésped: «Luego, sin dilación, determinó esta villa y sus vecinos, con el clero, hacer rogativas a María Santísima dándole gracias nos hubiese librado de estos ahogos nunca vistos en estos países».
  • Fuentepelayo: «Y ahora se ha dispuesto una rogativa, dando infinitas gracias a Dios, por la piedad con que nos ha mirado para conforme ha sucedido en otras partes, según noticias que hay».
  • Íscar: «…en algunos se salían en rogativa a decir misa a las ermitas del campo».
  • Real Sitio de San Ildefonso: «Por tan especial beneficio, y en hacimiento de gracias dispuso la Real piedad de la Reina viuda Nuestra Señora, se expusiese a la pública veneración el Santísimo y se celebrasen rogativas, lo que así se ha ejecutado, y continúa. Y atendiendo el Abad y Cabildo de esta Real colegiata a la piadosa deliberación de S. M. acordó que, anualmente, tal día, se exponga en acción de gracias a la común veneración, el Santísimo y cante el Te Deum siempre implorando el Divino auxilio, así para las Majestades, como por la importante vida de esta Real Señora. Y se espera un día bueno, en que baje este Real Cabildo, en rogativa pública, a la referida Iglesia nueva, a celebrar misa en el altar del Santísimo Cristo del Perdón».

En otras regiones de España con un mayor número de terremotos históricos y donde estos se sienten con mayor intensidad, pero sin ser las de máxima sismicidad en la península ibérica, existen más manifestaciones culturales y más diversas, aunque muchas también canalizadas a través de ceremonias religiosas, como las rogativas que se hicieron en la ciudad de Valencia después del terremoto de 1748 (Estevan, 1748).

En cuanto a precursores o señales previas que avisen del terremoto, las encuestas de las localidades afirman no haber observado nada especial, salvo el caso de Perales de Milla (actualmente en la provincia de Madrid, pero entonces jurisdicción del intendente de Segovia), en la que testimoniaron que «… sin que se haya oído decirse haber habido más señal ni haberla echado de ver que la de haber observado no alumbrar la luna cuando salía en un día o dos antes de el (sic) temblor».

Como bien recoge Baeza (1864), en Segovia capital se realizó un acto de acción de gracias por no haber padecido desgracias personales, con procesión hasta el Santuario de la Virgen de la Fuencisla: «En el año de 1755 se creyeron preservados [los segovianos] por su intercesión del terrible terremoto que se sintió en aquella época, y bajó [al Santuario de la Virgen de la Fuencisla] una solemne procesión general de toda la ciudad para darla gracias con toda la pompa y ostentación posibles».

También se atribuyó a la Virgen del Castillo de Bernardos, el hecho de que esta localidad apenas sufriera daños durante el terremoto de Lisboa de 1755: «… en 1755, se producen en toda esta tierra horrorosos terremotos, que llenan de espanto a todos los pueblos, y sólo el de Bernardos se libra de tan terrible mal, no reconociéndose otra causa que un favor especialísimo de la Virgen del Castillo» (Núñez, 1928).

Entre las desgracias y desastres en los que se atribuye la intercesión de la Virgen de la Soterraña (Santa María la Real de Nieva), en ocasiones se han citado, además de los rayos-centellas y tormentas, los terremotos (Gonzalo y Lorenzo, 2011).

En la actualidad es aún más difícil, si no imposible, encontrar verdaderas manifestaciones culturales populares en torno a los terremotos en la provincia de Segovia. Tras diversas preguntas y cuestionarios a personas de avanzada edad en las diferentes comarcas, sobre todo en el macizo de Sepúlveda y la comarca de Pedraza (donde han tenido lugar los últimos terremotos con magnitud próxima a 2.0 Mb), creen recordar vagamente haber sentido un terremoto en los años 60 y casi nadie recuerda los terremotos de las décadas de 1990 y 2000; o se enteraron de ellos a través de la prensa local (El Adelantado de Segovia, El Norte de Castilla), que a su vez se hacía eco de las notas de prensa editadas desde el Instituto Geográfico Nacional o de las asociaciones ASAM y Geología de Segovia.

Únicamente cabe reseñar dos pequeños registros etnográficos en relación con los terremotos:

  • Tomás Calleja, en su libro sobre vocablos segovianos recoge el término «terremoto», y dice que en Segovia se utiliza para denominar un montón muy grande de tierra movida, bien mediante máquinas o valiéndose de herramientas manuales; se utiliza en frases del tipo «Al hacer la carretera prepararon cerca de su finca un terremoto tremendo» (Calleja, 1996).
  • Pedro Sanz, pastor jubilado de La Rades de Abajo (Pedraza), cree recordar el terremoto de 1969, y lo relaciona con el hundimiento de un edificio en Los Ángeles de San Rafael (El Espinar) que causó más de un centenar de víctimas mortales; aunque es sabido que el terremoto aconteció en febrero y el hundimiento en el mes de junio de ese mismo año.

Para saber más…

Baeza, T. (1864). Historia de la milagrosa imagen de María Santísima de la Fuencisla, Patrona de Segovia, y descripción de su célebre Santuario extramuros de la misma ciudad. Imprenta de P. Ondero, Segovia, 252 pp.

Calleja Guijarro, T. (1996): Contribución al estudio del Vocabulario Segoviano. Tomás Calleja, Madrid, 285 pp.

Díez, A. y Martín-Duque, J.F. (2005): Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia. En: Abella Mardones, J.A.; Salinas, B. y Yoldi, L. (Coords.), Colección Hombre y Naturaleza, VII. Ed. Junta de Castilla y León, 464 pp.

Díez Herrero, A.; De Marcelo Rodao, G.; Díez Herrero, A.; Escobar Burgueño, A. (2022). Los desastres naturales en la cultura tradicional segoviana. Colección Becas de Investigación, 16. Instituto de la Cultura Tradicional Segoviana ‘Manuel González Herrero’, Diputación de Segovia, Segovia, 320 pp. (295 pp + 5 Anexos). I.S.B.N. 978-84-17191-52-8; D.L. SG 197-2022.

Estevan Dolz, J. (1748). Relación verdadera de los terremotos padecidos en el Reyno de Valencia desde el día 23 de marzo de 1748 y de las rogativas que se hacen en la ciudad de Valencia, y en otras partes del Reyno, a Dios Nuestro Señor, para que se aplaque su ira, y cese este castigo. Librería de Simón Faure, Valencia, 8 pp.

Gonzalo Cabrerizo, C. y Lorenzo Arribas, J.M. (2011). Un bestiario y una virgen de Nieva en una colodra del oriente castellano, con un apunte etimológico. Estudios del Patrimonio Cultural, 6, 54-79.

Martínez Solares, J.M., (2001). Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755). Dirección General del IGN, Ministerio de Fomento, Madrid. 756 pp.

Núñez, R. (1928). Bernardos y su Virgen del Castillo. Impr. Alma Castellana, Segovia, 60 pp., [8] h. de lám.

A la memoria de D. Fernando Rodríguez de la Torre, verdadero rescatador y artífice de la interpretación documental de las encuestas sobre el terremoto de Lisboa de 1755 realizadas en el reinado de Fernando VI (publicado posteriormente en Martínez Solares, 2001).


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