Sí, por increíble que parezca, en Segovia ha habido y se han sentido numerosos terremotos, incluso alguno que ha producido daños en los edificios; y, por supuesto, puede haberlos en el futuro y podrían generar importantes pérdidas económicas e incluso víctimas mortales.
La orogenia Alpina, responsable de la formación y elevación de la Sierra de Guadarrama y de muchos de los relieves de la Provincia (La Serrezuela, el Macizo de Sepúlveda…), no es un proceso concluido, sino que en la actualidad pueden sentirse sus efectos en diversas zonas del Planeta (Japón, Nueva Zelanda, Lorca…), e incluso en Segovia; eso sí, atenuados en el caso del centro peninsular.
Una de las manifestaciones de esta orogenia son los terremotos recientes, consecuencia del movimiento brusco y ajustes de tensiones en fallas alpinas. Segovia se encuentra entre las zonas con menor actividad sísmica de la península Ibérica. No obstante, a lo largo de los últimos siglos se han dejado sentir y registrado tanto los efectos de terremotos acontecidos en lugares distantes (Lisboa, Andalucía…), como de pequeños sismos con epicentros en Segovia.
El terremoto de Lisboa de 1755 en Segovia
El 1 de noviembre de 1755, sobre las 9:45 h, se produjo un terremoto de elevada magnitud, que causó varios miles de víctimas en Portugal, sur de España (tsunami en Cádiz) y Norte de África, y que pasó a denominarse ‘el terremoto de Lisboa’, por los dañinos efectos que tuvo en esta ciudad.
En el Archivo Histórico Nacional se conserva documentación de una encuesta sobre los efectos de dicho terremoto en las localidades españolas, que el rey Fernando VI ordenó llevar a cabo al Gobernador del Supremo Consejo de Castilla. Tan sólo 1216 localidades devolvieron la encuesta con información al respecto, de las cuales 123 correspondían a la actual provincia de Segovia, siendo la provincia con más encuestas, seguida a distancia por Zaragoza con 88 localidades (Martínez Solares, 2001). Este puntual cumplimiento en Segovia de las órdenes reales no se debió a que los efectos del terremoto fueran especialmente virulentos (no hubo víctimas y la intensidad estimada fue IV), sino a la labor recopiladora del Intendente Pedro Jirón y Ahumada.
La mayor parte de las localidades segovianas citan entre los efectos del terremoto: movimientos en las lámparas y muros de las iglesias (al encontrarse en la misa del día de Todos los Santos); pequeños daños en cubiertas y bóvedas (desprendimiento de yesos y revocos); movimientos en las losas de los sepulcros en los cementerios (que ese día se visitan); cimbreo de torres, espadañas y puentes; movimientos de enseres y paredes en las casas; y sonidos sísmicos comparados con truenos o paso de carruajes. Entre los hechos curiosos de los relatados en las respuestas a la encuesta se encuentran:
- En Nava de la Asunción la laguna elevó sus aguas “sobre dos varas en alto”.
- En Fuentesoto “una fuente muy perenne, y de mucho caudal, cesó de manar por un minuto, y pasado, continuó como antes, saliendo el agua negra”.
- En Segovia “Y registrando todo el recinto de este Real Alcázar, se halló que (en la Torre del Homenaje, y Plaza de armas del cubo, que mira al Oriente), había arrancado una piedra de su coronación, de peso como de cuatro arrobas y tirándola al foso, y las ruinas de cal y piedra, cayendo el empizarrado, quebrando como doscientas pizarras…”.
- En La Granja “…en el Real Sitio de San Ildefonso he oido decir a varias personas que alguna estaba cerca de la fuente de la Fama, reparo que el agua que estaba en su estanque, o recipiente, hizo primero algún movimiento de ondulación y después como impulso hacia arriba…”.
- En Sepúlveda “…y que algunas fuentes se enturbiaron, de modo que han estado bastante tiempo echando de sí sus aguas lodo mixto de varios colores…”.
A este mismo terremoto se le atribuyen también diversos desperfectos en edificios emblemáticos de la Ciudad, como la grieta que recorre diagonalmente el muro superior de la nave de los Evangelios de la Catedral de Segovia.
En la última década, estos indicios arqueosismológicos, junto con otros en Pedraza, han sido objeto en estudio por el equipo de geología de terremotos del Instituto Geológico y Minero de España, UAM y USAL: habiendo publicado varios artículos y capítulos de libro sobre los efectos en las diversas iglesias románicas de la ciudad de Segovia y la Catedral.
Direcciones de movimiento de los edificios de Segovia durante el terremoto de Lisboa de 1 de noviembre de 1755 deducidas a partir de las evidencias arqueológicas de terremotos (EAEs) analizadas en edificios patrimoniales, como iglesias románicas y la Catedral de Segovia (Rodríguez-Pascua et al., 2015).
El IGME, en colaboración con el laboratorio de dendrocronología de la UPM también ha, estudiado la datación de las piezas de madera (jabalcones) que se colocaron para evitar el colapso por inclinación, tras el terremoto, de las cerchas de la cubierta de la nave central de la Catedral de Segovia.
El terremoto de Arnedillo de 1817 en Segovia
Otro terremoto histórico que se dejó sentir en la provincia de Segovia fue el acontecido el 18 de marzo de 1817 en Arnedillo (La Rioja), del que existe al menos una inscripción alusiva en los muros del portalillo del atrio y el acceso a la torre de la iglesia de Bernuy de Porreros.
El terremoto de febrero de 1969 en Segovia
Del mismo modo, es recordado por la población segoviana el movimiento que produjo en lámparas y otros enseres, el terremoto ocurrido en la madrugada del 28 de febrero de 1969, con epicentro localizado en el cabo de San Vicente (intensidad VII) y que produjo 19 víctimas en España. El Adelantado de Segovia de ese mismo día (edición de tarde) se hace eco de que “la mayor parte del vecindario despertó sobresaltado por la fuerza del fenómeno”, “se apreciaron claramente movimientos de muebles y lámparas, y en la fábrica de vidrio de la Granja cayeron varias estanterías«.
Otros terremotos sentidos en Segovia en el siglo XXI
También la prensa local del 13 de agosto de 2007 se hacía eco de que el terremoto ocurrido la víspera en Pedro Muñoz (Ciudad Real), con magnitud 5,1, había sido sentido por parte de la población de algunas localidades de la provincia, como Segovia capital (San Millán y el recinto amurallado), Vegas de Matute, El Espinar, San Rafael y la zona limítrofe con Burgos. En esta diferente percepción de terremotos lejanos entra en juego el tipo de subsuelo sobre el que están edificadas estas zonas urbanas, ya que determinados tipos de rocas amplifican y otras atenúan las ondas sísmicas.
También se recogieron algunas encuestas de personas que sintieron el terremoto de Ossa de Montiel en febrero de 2015, si bien no con la misma intensidad que en otras provincias vecinas.
Terremotos con epicentros en la provincia de Segovia
Los terremotos con epicentro en la provincia de Segovia que constan en el Banco de Datos Sísmicos (entre 880 A.C. y la actualidad) gestionado por el Instituto Geográfico Nacional (Servicio Nacional de Sismología), son los recogidos en la tabla adjunta. La escasez de registros se debe en buena parte a la reciente implantación de la red sísmica nacional (desde 1985), y en especial a la aún más reciente instalación de las estaciones de banda ancha de tres componentes, digitales y con transmisión de datos por vía satélite (que data de 1999).
El primer terremoto de 1999 en el Real Sitio de San Ildefonso se puede relacionar con la construcción y puesta en funcionamiento del embalse del Pontón Alto, que podría generar sismicidad inducida durante los procesos rápidos de llenado y vaciado; o con las fallas del norte del Sistema Central en el valle de Valsaín. Otro conjunto importante de epicentros que se sitúa en la comarca de Navafría (Ceguilla, Torreval de San Pedro), se relacionaría con reajustes de la falla norte del Sistema Central, y más concretamente con la falla del arroyo de las Pozas y el río Cega. Los más recientes, con epicentros en el macizo de Sepúlveda y las inmediaciones de la Serrezuela, se asocian al reajuste de las fallas y fracturas que elevaron estos macizos y formaron los pliegues monoclinales de Sepúlveda (popular ‘pliegue en rodilla’), Urueñas, San Miguel de Bernuy, Burgomillodo, Fuentidueña, etc.
El epicentro que quedaría sin explicar claramente con una lineación morfoestructural, es el del terremoto de Aldeanueva del Codonal de 2013, que debe corresponder al sistema de fallas al norte del macizo de Santa María la Real de Nieva hacia la cuenca del Duero.
De la docena de terremotos registrados, la localidad con más epicentros es Ceguilla, con cuatro terremotos; el terremoto de mayor magnitud fue el del 13 de octubre de 2000 en Ceguilla, con 2.4; y el de menor magnitud que se llegó a registrar fue el del 28 de junio de 2010, con 1.0.
El único que ha tenido repercusión en los medios de comunicación fue el acontecido el 11 de octubre de 2003, que fue sentido con intensidad II en la escala E.M.S. en la población de Navafría, de lo cual se hizo eco la prensa local (Descalzo, 2003), aunque no fue percibido por buena parte de la población de otras localidades cercanas (Ceguilla, Aldealengua de Pedraza). El hecho de que fuera sentido por la población puede estar relacionado con su superficialidad (hipocentro a sólo 1 km de profundidad), como ha ocurrió con el tristemente acontecido en Lorca en 2011. Los terremotos recientes de las proximidades de Sepúlveda y La Serrezuela también fueron recogidos por la prensa local (El Adelantado de Segovia 29 de junio y 2 de julio de 2010), pero más como curiosidad científica que por haber sido sentidos por la población.
Por lo tanto, ha habido numerosos años, como 2020, en los que no ha habido ni un sólo epicentro de terremoto en la provincia de Segovia, con una media aproximada de un terremoto cada dos años en el último cuarto de siglo.
Otras curiosidades sobre los terremotos y Segovia
- En relación con Segovia y los terremotos, se han dado falsas alertas por aparentes sismos, como el ‘terremoto artificial’ de Sebúlcor en enero de 2021, que luego han sido desmentidas por el IGN.
- Donde sí que hay frecuentes terremotos y de magnitudes e intensidades considerables, es en el mar de Alborán, en el que se sitúa un banco submarino llamado «El segoviano», que sí que ha sido afectado por los terremotos con frecuencia.
- A falta de terremotos de origen sísmicos y como curiosidad, en la terminología popular segoviana se denomina ‘terremoto’ a un montón muy grande de tierra movida, bien mediante máquinas o valiéndose de herramientas manuales; se utiliza en frases del tipo “Al hacer la carretera prepararon cerca de su finca un terremoto tremendo” (Calleja, 1996).
Para saber más…
Díez, A. y Martín-Duque, J.F. (2005): Las raíces del paisaje. Condicionantes geológicos del territorio de Segovia. En: Abella Mardones, J.A.; Salinas, B. y Yoldi, L. (Coords.), Colección Hombre y Naturaleza, VII. Ed. Junta de Castilla y León, 464 pp.
Díez Herrero, A.; De Marcelo Rodao, G.; Díez Herrero, A.; Escobar Burgueño, A. (2022). Los desastres naturales en la cultura tradicional segoviana. Colección Becas de Investigación, 16. Instituto de la Cultura Tradicional Segoviana ‘Manuel González Herrero’, Diputación de Segovia, Segovia, 320 pp. (295 pp + 5 Anexos). I.S.B.N. 978-84-17191-52-8; D.L. SG 197-2022.
Calleja (1996); Martínez Solares (2001), Descalzo (2003), Díez y Martín Duque (2005), Díez et al. (2010), Rodríguez-Pascua et al. (2015) , Génova et al. (2018a y 2018b) y Díez Herrero (2019).